¡YO SI COMPRO EN ARAFO!

Hace unos días,  charlando con mis  vecinos acerca de si el pueblo se notaba diferente o no después de las últimas elecciones, salió a relucir el asunto del Mercadillo del Agricultor, un mercadillo al que, hasta la llegada de la pequeña compañía al Ayuntamiento, nadie le había puesto atención. 

Lo primero que me espetó una mujer fue "...yo no voy  a comprar más ni aquí, ni allí, ni a la otra tampoco,", intentando con su explicación que me uniera  a su causa.  
Yo ,indagando en el asunto le pregunté  por el  porqué,  y la señora crecida 1en sus argumentos  me amplía la información. 

Al parecer ella siente más satisfacción yendo de compras a Güimar o a Candelaria que dejando su dinero invertido en su propio pueblo, y en definitiva en su futuro y su desarrollo, sólo porque los comerciantes de la calle La Botella se han opuesto con sus argumentos a que el Mercadillo dichoso se celebre en la plaza principal de Arafo los jueves por la mañana. No le importa pagarse la guagua de su bolsillo o la gasolina del coche con tal de no entrar en los comercios araferos.¿ pero qué daño le han hecho a esta mujer esa gente?.

El mero hecho de realizar un acto democrático y legitimado como es el defender los derechos que este grupo sienten se les  han cercenado  por parted el Alcalde es motivo suficiente para que se generen estas reacciones en las gentes de mi pueblo. Yo me quedo...

Me convencí de que seguimos actuando como robots dirigidos desde la Casa Consistorial, y mi vecina cabreada continúa..."¿pero cómo han podido esos comerciantes ricos de este pueblo, y que  tienen tres, cuatro y cinco casas y apartamentos en el sur y en el norte,  pretender seguir engañando  a los araferos, cobrándoles tres veces más por el mismo producto y obligándoles a coger la guagua y salir fuera para abastecer la nevera?". 

¡Qué mentalidad tan estrecha y qué poca memoria!. Ningún pueblo ha fortalecido su economía con los mercadillos sino con los comerciantes que les  dan vida y son los que generan puestos de trabajo.

Antes, cuando sólo habían tres ventas chicas se quejaban de que para comprar cualquier cosa había que ir al pueblo vecino, luego abrieron el supermercado y la carniceria y seguían yendo fuera a comprar...así que aquí como siempre valoramos más lo que viene de fuera que lo propio.

Antigüo negocio de Doña María

Los comerciantes de Arafo están dolidos y con razón,  parecen haber sido sometidos a un juicio sumarísimo y haber sido condenados por el pueblo, no sólo atraviesan una crisis económica muy severa sino que además tienen que luchar contra aspas de molinos desde la torre municipal. No puedo explicarme cómo el Ayuntamiento ha ideado y  alentado esta campaña anti-araferos para favorecer a cuatro puestos de verduras, que parecen ser de procedencia diversa, y tres puestos más de personas que no son de aquí...porque si bien nuestros comerciantes son cuatro no es menos cierto que también son cuatro los agricultores que en manifiesta competencia desleal con los de su propio gremio, porque muchos agricultores no pueden vender porque trabajan los jueves en la mañana. ¿Será que se empecinan en celebrarlo en  jueves porque uno de ellos es el único día que no ensaya en la Banda Municipal de Santa Cruz?. 

¡Qué lejos han quedado los tiempos en que María la Flora les daba fiado a nuestras madres para que pudieramos tener mantas en invierno o ropas que estrenar para las fiestas!, Hoy paseé por la calle La Botella y los comerciantes charlaban en las aceras a media mañana... por la ausencia de clientes,  mientras los cuatro de la plaza, amigos sin duda del Concejal de Agricultura y del Alcalde, hacían el agosto libres de impuestos y de pagos. El interés del grupo municipal en este asunto está oculto y les confieso que no lo conozco pero si tengo muy claro que existe con seguridad,  algún día saldrá a la luz.

Ahora todo se ha vuelto  rancio, con el mismo halo de maldad que se desprendían de las palabras de mis vecinas que nada tenían que ver con la razón de unos y otros o con lo que fuera o no justo. ¡ Yo si quiero comprar en Arafo!.