La Boca de la verdad (en italiano: Bocca della Verità) es una antigua máscara de mármol pavonazzetto, colocado en la pared del pronaos de la Iglesia de Santa Maria in Cosmedin en Roma el año 1632.
La escultura, datable alrededor del siglo I, tiene un diámetro de 1,75 metros y representa un rostro masculino con barba en el cual los ojos, la nariz y la boca están perforados y huecos.
La primera vez que la vi me sorprendió enormemente y les confieso que me dió hasta cierto reparo, pero luego contemplándola y cabilando acerca del motivo de qué se hizo tal máscara de aspecto semidantesco, se me ocurrió solicitar a un artesano que hiciera una copia para instalarla en la entrada del ayuntamiento arafero. En la ranura de laboca meterian la mono los ediles afin de jurar ante la Boca de la Verdad que no tenían intenciones de hacer corruptelas, que iban a trabajar por y para el pueblo, que iban a tratar a todos los vecinos por igual, que iban a gestionar el dinero público como propio, que mirarían y planificarían un futuro próspero para el pueblo y no sólo para los suyos, que cuidarían de nuestros ancianos como si de sus abuelos se tratara, que oirían las propuestas de la oposición con respeto y voluntad de acuerdo, que no se dejarían influenciar por todos esas malas personas que a diario les malinforman con la mala fe del interesado...y tantas y tantas cosas a las que están obligados y que no cumplen...
Pero ¿quién de ellos sería capaz de jurar dentro de la Boca de la Verdad sin temer que esta se quede con las ilustres falanges entre sus fauces? ...y pensando me quedé sin candidato...Ninguno está en condiciones de salir airoso de tal prueba.
La primera vez que la vi me sorprendió enormemente y les confieso que me dió hasta cierto reparo, pero luego contemplándola y cabilando acerca del motivo de qué se hizo tal máscara de aspecto semidantesco, se me ocurrió solicitar a un artesano que hiciera una copia para instalarla en la entrada del ayuntamiento arafero. En la ranura de laboca meterian la mono los ediles afin de jurar ante la Boca de la Verdad que no tenían intenciones de hacer corruptelas, que iban a trabajar por y para el pueblo, que iban a tratar a todos los vecinos por igual, que iban a gestionar el dinero público como propio, que mirarían y planificarían un futuro próspero para el pueblo y no sólo para los suyos, que cuidarían de nuestros ancianos como si de sus abuelos se tratara, que oirían las propuestas de la oposición con respeto y voluntad de acuerdo, que no se dejarían influenciar por todos esas malas personas que a diario les malinforman con la mala fe del interesado...y tantas y tantas cosas a las que están obligados y que no cumplen...
Pero ¿quién de ellos sería capaz de jurar dentro de la Boca de la Verdad sin temer que esta se quede con las ilustres falanges entre sus fauces? ...y pensando me quedé sin candidato...Ninguno está en condiciones de salir airoso de tal prueba.
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