La joven Tamara González lleva nueve años arbitrando en los terreros canarios, con una trayectoria que se ha ganado el respeto de todos.
Lucha - 23/04/2012 En su familia no hubo bregadores ni puntales que fomentasen su afición por la Lucha Canaria, pero Tamara González se enamoró del deporte vernáculo de las Islas, cuando su madre la llevo a ver por primera vez al Club de Lucha Chimisay, en el terrero de Arafo (Tenerife). Por eso decidió hace nueve años arbitrar estos encuentros. Y aunque la tarea no ha sido fácil, esta colegiada aplica la Ley del Reglamento en Primera Categoría tanto a hombres como a mujeres.
¿Cuándo y cómo te haces árbitra?, ¿cómo te adentras en el mundo de la lucha?
Decido comenzar cuando se formó el Club de Lucha Chimisay femenino y vi que no era lo mío, entonces una compañera árbitra me comentó si quería arbitrar y así comenzó todo.
¿Ha sido muy complicado llegar a ser colegiada?
La verdad que sí ha sido complicado y lo sigue siendo - no lo voy a negar-, lo que ahora se ha ido aceptando más. Éste siempre ha sido un deporte de hombres.
Has dicho que este es un mundo muy masculino, ¿conoces a muchas mujeres que se dedican a pitar?
Sí somos pocas la verdad, pero poco a poco vamos siendo más. Cuando yo empecé éramos tres en Tenerife y ahora ya se han unido tres mujeres más, así que hemos ampliado la plantilla.
Aún así imagino que no es muy habitual que una chica arbitre en la Lucha Canaria. Cuando le dices la gente que eres colegiada, ¿qué te dice?
Pues que es imposible, que cómo una chica como yo puede ser árbitra, aguantar todo lo que aguanta un árbitro, vamos en definitiva que no me creen; si no me ven en alguna foto o por la tele, no se lo creen.
¿En el mundo de la lucha el ambiente es machista?
Bueno hay de todo la verdad, gente que aun no ha aceptado que esto ha evolucionado y que no ve que una mujer puede arbitrar igual que lo hace un hombre, y otra gente que poco a poco lo va aceptando, aunque le cuesta.
Supongo que entonces fue complicado. ¿Cómo te acogieron?
Pues costó un poco porque empecé jovencita, con 15 años. Entonces, la gente no te conoce y valora sin saber de ti, ya luego te van conociendo y cambian esa idea.
Sigues siendo joven solo 24 años, ¿cuál es tu ilusión en el plano deportivo?
La verdad que yo desde que entré en este deporte he cumplido mi ilusión. Poco a poco, he demostrado o lo he intentado, que si las personas se proponen algo pueden llegar a conseguirlo ( con esfuerzo claro está); pero todo se puede conseguir.
Pero del arbitraje no se puede vivir exclusivamente: ¿Con qué lo combinas?, ¿a qué te dedicas fuera de terrero?
Estoy aprovechando para estudiar idiomas, sacar el permiso de embarcaciones de recreo y enseñar a niños este deporte, ya que también he sacado el titulo de monitora de Lucha Canaria.
No pierdes el tiempo en tu formación. Si hablamos de enseñanza, ¿quiénes han sido tus maestros?
Pues todos mis compañeros a los que les tengo que dar las gracias, que cada uno me ha aportado su granito de arena. Yo los acompañaba a todas las luchadas para poder ir aprendiendo arbitrando Categoría Base.
Desde que comenzaste hasta ahora, ¿has notado cambios a la hora de arbitrar? , ¿cómo ha sido tu evolución?
Pues empecé con 15 años arbitrando Categoría Base por todos los terreros de Tenerife durante un año; luego ascendí a Tercera, al siguiente año Segunda y al cuarto año, ya estaba arbitrando luchas de Primera Categoría. También he viajado durante estos años a Gran Canaria, El Hierro y La Palma para arbitrar luchas de diferentes categorías y competiciones.
Una auténtica carrera, ¿cómo recuerdas tu primer arbitraje?
Pues la verdad que estaba muy nerviosa - no lo voy a negar- porque una cosa es ver la cosa desde fuera y otra es cuando estás en el centro llevando un encuentro.
¿Continúan esos nervios?, ¿cómo fue tu última lucha?
Mi última lucha bien lo que me afectó mucho fue que algunos luchadores tuvieron malas caídas y se lesionaron, y en realidad eso es lo que yo no quiero que pase en una luchada.
No será un puntal, pero no se puede negar que Tamara González es una luchadora. Confiesa que en el futuro se ve con “algunos años más”, pero arbitrando aún en los terreros de las siete Islas. No en vano algunos entendidos de este mundo, tradicionalmente dominado por hombres, creen que es una de las mejores colegiadas de Canarias. Ella con humildad le resta importancia: “Simplemente aplico el reglamento y arbitro lo que veo”.
Mariana Hernández
¿Cuándo y cómo te haces árbitra?, ¿cómo te adentras en el mundo de la lucha?
Decido comenzar cuando se formó el Club de Lucha Chimisay femenino y vi que no era lo mío, entonces una compañera árbitra me comentó si quería arbitrar y así comenzó todo.
¿Ha sido muy complicado llegar a ser colegiada?
La verdad que sí ha sido complicado y lo sigue siendo - no lo voy a negar-, lo que ahora se ha ido aceptando más. Éste siempre ha sido un deporte de hombres.
Has dicho que este es un mundo muy masculino, ¿conoces a muchas mujeres que se dedican a pitar?
Sí somos pocas la verdad, pero poco a poco vamos siendo más. Cuando yo empecé éramos tres en Tenerife y ahora ya se han unido tres mujeres más, así que hemos ampliado la plantilla.
Aún así imagino que no es muy habitual que una chica arbitre en la Lucha Canaria. Cuando le dices la gente que eres colegiada, ¿qué te dice?
Pues que es imposible, que cómo una chica como yo puede ser árbitra, aguantar todo lo que aguanta un árbitro, vamos en definitiva que no me creen; si no me ven en alguna foto o por la tele, no se lo creen.
¿En el mundo de la lucha el ambiente es machista?
Bueno hay de todo la verdad, gente que aun no ha aceptado que esto ha evolucionado y que no ve que una mujer puede arbitrar igual que lo hace un hombre, y otra gente que poco a poco lo va aceptando, aunque le cuesta.
Supongo que entonces fue complicado. ¿Cómo te acogieron?
Pues costó un poco porque empecé jovencita, con 15 años. Entonces, la gente no te conoce y valora sin saber de ti, ya luego te van conociendo y cambian esa idea.
Sigues siendo joven solo 24 años, ¿cuál es tu ilusión en el plano deportivo?
La verdad que yo desde que entré en este deporte he cumplido mi ilusión. Poco a poco, he demostrado o lo he intentado, que si las personas se proponen algo pueden llegar a conseguirlo ( con esfuerzo claro está); pero todo se puede conseguir.
Pero del arbitraje no se puede vivir exclusivamente: ¿Con qué lo combinas?, ¿a qué te dedicas fuera de terrero?
Estoy aprovechando para estudiar idiomas, sacar el permiso de embarcaciones de recreo y enseñar a niños este deporte, ya que también he sacado el titulo de monitora de Lucha Canaria.
No pierdes el tiempo en tu formación. Si hablamos de enseñanza, ¿quiénes han sido tus maestros?
Pues todos mis compañeros a los que les tengo que dar las gracias, que cada uno me ha aportado su granito de arena. Yo los acompañaba a todas las luchadas para poder ir aprendiendo arbitrando Categoría Base.
Desde que comenzaste hasta ahora, ¿has notado cambios a la hora de arbitrar? , ¿cómo ha sido tu evolución?
Pues empecé con 15 años arbitrando Categoría Base por todos los terreros de Tenerife durante un año; luego ascendí a Tercera, al siguiente año Segunda y al cuarto año, ya estaba arbitrando luchas de Primera Categoría. También he viajado durante estos años a Gran Canaria, El Hierro y La Palma para arbitrar luchas de diferentes categorías y competiciones.
Una auténtica carrera, ¿cómo recuerdas tu primer arbitraje?
Pues la verdad que estaba muy nerviosa - no lo voy a negar- porque una cosa es ver la cosa desde fuera y otra es cuando estás en el centro llevando un encuentro.
¿Continúan esos nervios?, ¿cómo fue tu última lucha?
Mi última lucha bien lo que me afectó mucho fue que algunos luchadores tuvieron malas caídas y se lesionaron, y en realidad eso es lo que yo no quiero que pase en una luchada.
No será un puntal, pero no se puede negar que Tamara González es una luchadora. Confiesa que en el futuro se ve con “algunos años más”, pero arbitrando aún en los terreros de las siete Islas. No en vano algunos entendidos de este mundo, tradicionalmente dominado por hombres, creen que es una de las mejores colegiadas de Canarias. Ella con humildad le resta importancia: “Simplemente aplico el reglamento y arbitro lo que veo”.
Mariana Hernández
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