Hace unos días me contaba una vecina de este pueblo un hecho que no deja de causarme perplejidad, no por el hecho en sí mismo que tristemente es hasta usual, sino por la protagonista del mismo.
Estaba la vecina dentro de su coche estacionada poco mas abajo del Geriatrico a eso de las dos y media del mediodía de un día entre semana, hablando con su marido por el móvil cuando vió bajar un coche negro de los llamados de gama lata conducido por una rubia con melena, y antes de llegar al final de la calle, convencida de que nadie la veía, saca la mano por la ventanilla y tira al asfalto un manojo de papeles que parecían ser pañuelos desechables. La vecina en cuestión le dió una fuerte pitada para reprochar tan barriobajero acto, pero la rubia ni se inmutó, al contrario aceleró su coche intentando no ser reconocida. Pero si que lo fue.
La conversación vino a cuento del interés que está poniendo el Alcalde en los asuntos medioambientales, al menos sobre el papel, porque hay tanto por hacer..., sin darse cuenta que tal y como dice el dicho "el primero que se amarra es el perro del Alcalde".
Esperemos que este relato sirva para que mañana en la reunión del patio del colegio se le recrimine tal actitud a la señora concejala en cuestión que no era otra que la misma de siempre ...Tamara.
Estos actos no son otra cosa que le reflejo de lo que quieren aparentar y no son ni sienten. ¡Que no se repita!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario